Bienvenidos

Bienvenid@s a mi blog. Ha sido creado por el mero hecho de querer contar sobre mis sueños, es una especie de diario de aquello que he podido recordar después de despertarme. Además, también compartiré otras experiencias, como reflexiones, historias de mi puño y letra, y otras cosas que ya iré pensando conforme avance este blog.
Aquí comparto mis sueños, algo que es íntimo para muchos, pero que yo he decidido hacerlo público para que me comprendáis y también os comprendáis a vosotros mismos. Quizás, alguno de los que lea el blog se verá nombrado en él, espero que nadie se sienta ofendido porque sólo se trata de eso, de sueños.
Espero que disfrutéis leyendo mi blog tanto como disfruto yo escribiéndolo. Un saludo.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Humanos

Los humanos somos unas criaturas extrañas. Nos llamamos a nosotros mismos animales racionales, cuando en muchos casos nos movemos por instintos. Somos capaces de tropezar una y otra vez con el mismo obstáculo, repetir la misma historia una y otra vez. No aprendemos de nuestros errores. Podemos sentir a nivel emocional, y podemos experimentar amor, odio, envidia, ira y distintos sentimientos. Otros animales también tienen este tipo de sentimientos, pero ellos son capaces de olvidar, mientras que los humanos podemos sentir resentimiento. Y mentimos, mentimos todo el tiempo.

¿Qué nos hace tan diferentes de los otros animales? En primer lugar, nunca observaremos a ningún animal matando por placer, o por “tradición”, o porque que ese animal simplemente nos molesta, y está invadiendo un territorio que de hecho le hemos robado a la naturaleza. Pues después de todo somos egoístas, nos creemos los dueños de este planeta aunque de vez en cuando Gaia nos recuerda que sólo somos unos invitados en la mayoría de los casos muy molestos, sucios y desagradecidos.
Intentamos calificar a otros animales de buenos o malos según sus actos, algo que es totalmente humano, pero eso no existe en la naturaleza, simplemente los animales hacen lo que tienen que hacer, mientras que nosotros nos guiamos según nuestro propio convenio, y somos capaces de engañar cuando tal cosa resultaría inadmisible en otras criaturas, pues ellos son totalmente sinceros en sus actos.

No valoramos lo que tenemos, y mientras nos maravillamos observando el firmamento en busca de otras formas de vida y otros planetas donde, en un futuro no muy lejano, tengamos que asentarnos pues habremos destruido nuestro hogar ancestral ya que no somos capaces de fijar nuestra vista en lo que tenemos a nuestro alrededor. Arrasamos con todo lo que hay a nuestro paso, imponiendo nuestra efímera existencia aunque para ello tengamos que destruir ecosistemas enteros, sólo para asentarnos en un lugar que consideramos adecuado y digno para nuestro  desarrollo. No somos capaces de vivir en consonancia con otros seres vivos, los domesticamos o los destruimos si consideramos que no nos pueden aportar beneficio alguno. O cogemos una parte de ellos para vestirlos, y despreciamos el resto. Incluso los usamos para divertirnos, o para experimentar con ellos aquello que no nos gustaría probar en nuestro propio pellejo. Intentamos imitar la naturaleza en nuestra vida cotidiana, en lugar de intentar vivir en consonancia con ella.

Pero no sólo destruimos al resto de seres vivos, también nos destruimos entre nosotros. Somos unos animales muy territoriales y siempre tenemos ansia de conquistar nuevos territorios. Nos empeñamos en colocar fronteras donde no las hay, y a la mínima oportunidad queremos ampliarlas o crear nuevas fronteras, aunque para ello tengamos que destruirnos a nosotros mismos con saña, con sed de sangre, no importa si para ello tenemos que matar a miles de personas, en algunos casos violándolas antes de acabar con sus vidas.

Desde el primer momento en que el humano, aun viviendo en cuevas, tuvo constancia de la muerte y se preguntó qué hay más allá, por qué el mundo funciona de esa forma y no de otra, y nos empezamos a preguntar cuál es el sentido de la vida, han existido las religiones, y hemos provocado enfrentamientos para comprobar quién tenía razón e intentar imponer nuestras creencias sobre los demás. Aun hoy en día está ocurriendo, y esto ha provocado más guerras que las territoriales.

Aunque existe otro motivo de guerras, de sufrimiento: el dinero. Somos esclavos de unos simples papeles, y en ocasiones vivimos sólo para ellos. Unos pocos individuos amasan casi todo el capital que existe, convirtiéndose en nuestros dueños sin que a nadie nos hayan preguntado, y gobiernos enteros se rinden a sus caprichos.


Pero aun así, somos capaces de amar, de querer, de mostrar  afecto hacia otros seres, de respetar al prójimo, de ayudar al necesitado y a otros seres vivos, de intentar hacer lo correcto para que este mundo siga existiendo, de crear algo tan maravilloso como el arte, la música y poder expresarlo de distintas maneras… realmente somos unas criaturas extrañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario